Una de las tantas pasajeras del mundo. Esta es mi mirada a las cosas que pasan conmigo, en Lima, y -si me entero- en el resto del planeta también.
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5/09/2010

M-a-m-á

Hoy es el Día de la Madre y se supone que si soy buena hija debo escribir sobre todas las cualidades que tiene mi madre y que me hacen quererla.

Debería empezar por todo su sacrificio, por ejemplo, el darme la vida, todo lo que me cuidó de pequeña y esas noches sin dormir por atender mis llantos. O debería contar sobre la sabiduría de sus consejos o las no menos sabias reprimendas para ser una mejor persona, o citar esa frase que hasta ahora suena en mi cabeza y que nulamente sigo: "hay que ahorrar pan para mayo..."

No debería olvidar tampoco las veces que pintaba de azul el cabello de los personajes que dibujaba de tarea escolar, ni el "pollo al horno" que me hacía el día de mi cumpleaños, ni cuando de noche entraba a mi cuarto a recoger la colcha tirada y me arropaba de nuevo - así tuviera 23 años.

Pero hoy, de toda esa masa desordenanda y atemporal de recuerdos pre-kinder y post-teenager que brotan del corazón, nada más puedo escribir sobre la única imagen que hoy domina mi mente:

Mi madre y yo sentadas en la mesa del patio. Ella sostiene mi mano, mis deditos sostienen un lápiz y sobre un cuaderno ella me enseña a escribir.

- "Primero las vocales: la A que es una bolita con su colita, la E un chicle, la I tiene puntito, la O es la bolita y la U como lo quieras tú".

Y así lo hicimos 10 veces más y yo me sentía preparada y feliz.

- "Ahora vamos a escribir tu nombre. P-A-O-L-A..." me sorprende ella. "Esta es la P. Luego la A, una bolita con su colita, la O que es la bolita, la L una lombriz y de nuevo la A..."

- "¡Una bolita con su colita!", grito yo

Ella ríe. Yo también.

"P-A-O-L-A. Así me llamo, así se escribe mi nombre", pensaba yo y no le quitaba la vista a ese simple pedazo de papel.

Tiempo después entré al nido y ya con 4 años aprendí a escribir formalmente, o sea "de verdad" como dirían los estudiosos. Es más, el recuerdo de mi madre en el patio se me había perdido por completo hasta hace poco cuando en un taller de Comunicación & Asertividad, la facilitadora nos preguntó sobre el primer acto de comunicación del que tengamos memoria y ¡zas!, ahí estaba yo con mi madre de nuevo, escribiendo y viendo mi nombre escrito sobre papel ¡por primera vez!

Ese día ella no sólo me hizo dibujar las vocales. Ese día ella me hizo un gran regalo, me enseñó a escribir. Y no sólo eso, en un acto inconsciente pero lleno de un gran amor, mi madre me dio algo que jamás podrán quitarme: mi identidad.

Desde aquella mañana no he dejado de escribir mi nombre, Paola. Me gusta, soy yo, no más, no menos. Desde ese día tampoco he dejado de escribir, bolitas al inicio y ahora un blog. Es más, veo un futuro lleno de letras para mí y, sobretodo, me veo escribiéndolas. ¿Será por que fue ella la primera en enseñarme cómo hacerlo?

Hoy quería homenajear a mi mamá escribiendo muchas cosas sobre ella y tendría hasta para hacer una novela. Pero sirva este pequeño episodio -casi como un sueño rosado con olor a caramelo- de humilde homenaje a una mujer que, entre muchas otras cosas, también ha sido mi maestra. ¡Feliz Día má'!
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4/11/2010

Ella baila sola - o en grupo

El sábado pasado se casó por religioso una gran amiga del cole. Mi esposo estuvo enfermo, así que fui sola a la ceremonia y al posterior gran tono. ¡No me iba a perder este acontecimiento por nada del mundo!

Para variar, llegué con algunos minutos de retraso a la iglesia. Al finalizar la ceremonia y ver a mi amiga saliendo feliz del brazo de su germano esposo, ví con alegría otras caras conocidas: las amigas del cole. Abrazos y besos después, me entero que también llegaron tarde -como que es una convención social en la mujer limeña de hoy. Dos de ellas me presentan al esposo, la otra a su amigo y otra fue sola, todos preguntan por Alfre y así, actualizándonos de nuestras vidas, nos dirijimos en grupo a la fiesta.

Al llegar a la casona donde se hizo la fiesta, la nuestra era la mesa de "las chicas del cole" y era, obviamente, una mesa de parejas. Yo, como toda buena señora casada tomé lugar en esa mesa también. Claro, a la chica del cole que fue sola le asignaron la mesa de "los solteros", pero como llegamos temprano y su mesa lucía vacía, ella optó por sentarse con nosotros, total, Alfre no venía y había un sitio vacío. Esta amiga y yo quedamos, entonces, en ser pareja oficial de baile, ambas nos reímos, yo pensé que era broma.

Los invitados iban llegando y la mesa de "los solteros" se convirtió en la "mesa alemana" por las parejas peruano-alemanas y el alemán soltero y guapo que se sentaron ahí. La única silla vacía en esa mesa era para mi amiga la soltera y al lado del señorito teutón. Ya veían a mi amiga casada y a mí empujando a la amiga soltera a que se posicione en su mesa: que si ahora es cuando, que si el pata está bueno, que si un besito aunque sea, etc. Mi amiga, aparte de ser soltera, no tiene "compromiso" hace mucho tiempo, entiendan.

Cuando esta amiga estuvo a punto de aceptar nuestros sabios consejos, ¡zas!, otra soltera tomó su lugar. Fue bien sútil la verdad, se acercó primero a saludar en plan amiga, luego sonrisitas aquí y otras por allá, una movidita de pelo, un "estoy cansada por los tacos" y así sin más ya estaba sentada en la mesa. Ni modo, mi amiga se quedó sin banco y en barranco (osea en mi mesa) y recordándome la promesa de bailar juntas esa noche, yo seguí creyendo que era broma.

Llegaron los novios, hablaron los padres, brindamos por ellos y la fiesta empezó. Mi amiga la soltera, cual resorte, se volteó para sacarme a bailar. Le dije tímidamente que no, que la próxima canción, pero ella no creyó en nadie y ¡jua! que me saca a bailar. La verdad es que me sentí rara estando en el medio del patio, toda ajustada (el corset de mi vestido era a prueba de gravedad) y en taco 9, bailando con otra mujer casi medio metro más alta que yo... (mi amiga mide 1.90m y yo 1.60m).

La última vez que bailé con otra chica fue hace 3 años en una salida de chicas con la novia de este matri y sus amigas de universidad. Después de varios mojitos encima, nos fuimos a La Sede y la pasamos re-bomba. Siempre me gustó ir a La Sede cada vez que salía con mis amigas, ponían la música que me gustaba, bailaba como quería y con quien quería y hasta la hora que me daba la gana (quedaba a 4 cuadras de donde vivía y podía regresarme a pie y sin el temor de toparme con un taxista violador).

Por ser una discoteca "abierta", en La Sede no eramos vistas como "solteras desatadas" ni "angurrientas busca novios", sólo chicas que querían divertirse entre chicas, lo opuesto a cualquier otra discoteca para heterosexuales en donde nunca falta un atorrante o dos que si te ven bailando sola o en grupo se te acerca para iniciar el siguiente diálogo:

ATORRANTE
- Hey flaca, ¿por qué tan solita? (lenguaje corporal: llegó tu salvación nena)

TÚ:
- ¿Sola? ¿No ves que estoy con mis amigas? (nota mental: ¡so pedazo de imbécil!)

Hasta acá el atorrante promedio se da cuenta de que no va a conseguir de ti ni las gracias si sigue de espeso, así que cambia de estrategia.

ATORRANTE
- Es que no te veo con novio... y una chica tan linda...

TÚ le ofreces una sonrisa en plan de ahora ya te puedes largar y das la media vuelta, mientras tus amigas se cagan de risa del pobre obtuso.

A esto, el atorrante promedio se da por vencido y con el rabo entre las piernas regresa con sus patas a buscar otro blanco que le ligue.

Ahora, te puede tocar el atorrante machista que NO entiende cómo una mujer NO quiera bailar con un hombre (o más bien cómo TÚ has osado chotearlo a ÉL).

ATORRANTE MACHISTA:
- ¿O sea que no quieres bailar? (lenguaje corporal: te lo pregunto por última vez)

TÚ haces de cuenta de que no existe y sigues bailando

ATORRANTE MACHISTA:
- Entonces, ¿para qué has venido? (insiste el baboso)

TÚ:
- ¡Obvio!, para NO bailar contigo (nota mental: ¡pues HUE-VON!!!)
Te das la vuelta.

Para esto, tus amigas ya han rodeado al tipejo ese, así que no le queda otra que largarse con el rabo entre las piernas, ¡ja!

Chicos limeños discotequeros, pasa, sí, cuando una chica baila sola o con sus amigas es porque quiere bailar SOLA o S-Ó-L-O CON SUS AMIGAS, ¡hello! Aunque debo decir que alguna vez nos tocó un chico que fue más inteligente y terminó bailando con el grupo y hasta me dijo en buen plan "¡ustedes sí que saben divertirse!". Después de dos canciones y ver que sus amigos querían unírsenos, lo despedimos diplomáticamente: "tus amigos te están esperando...", así que no tuvieron, él y los amigos, más remedio que vernos desde lejos durante toda la noche.

Bailar sola -o entre chicas- es un símbolo libertario, tiene que ver con un grado de independencia femenina que hemos alcanzamos las chicas de hoy, es romper con lo que estuvo socialmente establecido antes de nosotras - mi madre, por ejemplo, se moría si iba sola a un "compromiso social". Para bailar sola, hay que tener los pantalones bien puestos, tener ganas de bailar y no esperar a nadie más para hacerlo.

Desde que me casé, 3 años ya, mi chip ha cambiado. Doy por sentado que si voy a una fiesta, voy con Alfre y es él mi pareja oficial de baile. Si él no va, como que no me animo, menos si es una fiesta en donde no conozco a mucha gente (es más, si mis amigas del cole no hubieran ido a este matrimonio, con las mismas me regresaba a mi casa después de la cermonia). Y realmente no sé por qué, pues sigo pensando lo mismo, así tenga un anillo en el dedo.

¿Será que ayer mi ímpetu juvenil me hacía enrostrarle al mundo mi independencia? Vivía sola, viajaba sola y salía con otras chicas, en mancha, a bailar. ¿Será que hoy, con una mayor madurez, entendí que no necesito demostrarle nada a nadie? Hoy siento que mi sentido de independencia ha sido repotenciado sí, pero transferido a terrenos más bien privados.

El sábado anterior, mientras bailaba con mi amiga la primera canción, me sentí oxidada, una vieja más. Me hice la cansada y regresé a mi mesa para tomar aire -¡y eso que quería seguir bailando! Varias canciones después me sentí mal por haber dejado a mi amiga sola en la pista de baile. "¡Ya bastante tiene la pobre con que el pata asignado para ella ande en los brazos de la chica rápida como para sufrir otro desplante más!", pensaba yo. Pero que equivocada estaba, mi amiga quería bailar y no me iba a esperar toda la noche para hacerlo, hacía rato que se había unido a otro grupo de chicas que bailaba a su lado. Y es en esos momentos en que la solidaridad de género llega sola. Bailar entre chicas termina siendo un pacto, un aquelarre, un selecto club con la membresía llena. No por las puras el bailar solas o entre amigas es nuestra marca registrada, ¿o han visto a hombres bailando solos o entre ellos?

A este grupo se le unieron, ahí nomás, mis amigas del cole y la novia. Vi que eran felices, bailaban liberadas, celebraban. Me llamaron y fui a bailar con ellas, otra vez, como cuando éramos chicas. De más está decir que esa noche bailé todo lo que pude, sola, con mi amiga y en grupo. Estuve de primera en los trencitos e hice rondita con el zanquero y el cuy mágico durante toda la "hora loca". Y no es broma.

No sé cuando vuelva a ir a una fiesta, nunca planeo las salidas con tanta anticipación, de lo que sí estoy segura es de que no voy a esperar hasta ese día para echarme un dancing conmigo misma.
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3/24/2010

Espíritu de hoy

Hoy exactamente, hace 18 años, un grupo de terroristas acribillaban a mi vecino saliendo de su casa. Pusieron su cuerpo debajo del auto que conducía y lo hicieron volar en mil pedazos. Cuatro horas después, las vecinas iban de puerta en puerta recolectando esos pedazos que el viento se llevó.

Hoy le contaba esta historia a un par de niñas de 13 y 12 años y pusieron sus caritas en blanco. Dichosos los chibolos de hoy que no viven apagones ni se asustan con el sonido de los cohetes. Lo curioso es que ya se me estaba olvidando a mí también.

También hoy se cumplen 30 años del asesitanto del cura Arnulfo Romero en El Salvador y el domingo que pasó se celebró Día de la NO discrminación. Suena a lejano, suena a pasado. Lo curioso es que hoy Israel sigue bombardeando en Gazha y en Cuba Fidel apenas habla de la muerte de un disidente que llevaba 30 años prisionero. Las Abuelas de Mayo buscan ahora a bisnietos y Aung San Suu Kyi sigue prisionera en Burma por el solo hecho de ser opositora al dictador de turno. ¿Suena a siglo pasado, no?

Aún hoy en el Perú hay víctimas del terrorismo y existen pueblos con tres generaciones perdidas. Tanta tecnología y tanto "chorreo" nos hace perder la perspectiva del país en el que estamos viviendo. Por cierto, ¿no sienten que hay un hueco en la historia entre ésta y la generación inmediatamente anterior? Hace poco una amiga se quejaba de que los colegios no incluyen la época del terrorismo en las clases de Historia del Perú. Yo le pregunté si ella hablaba con su hija sobre lo que se vivió en el país durante esos años, ella me respondió que para eso está el colegio. Y así hasta que pasen cien años... El olvido colectivo es la parálisis social.

Una vez mi hermana me dijo que todas las generaciones de inicio de siglo son las inventivas, las temerarias, las creativas. Son las generaciones que reflexionan sobre los errores del pasado y construyen conocimiento colectivo para gozar una libertad individual. Así murió el Medioevo y empezó el Renacimiento, por ejemplo.

Lo que sí está claro es que la generación de hoy tiene una nueva agenda social. En la tele hay un nuevo tipo de publicidad, el del emprendedor y el de la soñadora que creen que nada es imposible y se ríen de los pesimistas. Historias de peruanos exitosos que la hicieron linda. La agenda colectiva se cambió por la agenda individual. Está bien, tenemos que seguir adelante, hacer "move on".

Hoy la consciencia social es verde, si no el mundo se acaba y con él nuestros vecinos de flora y fauna. Hoy no todos somos iguales, sino distintos y en eso radica nuestro valor, en ser diferentes unos de otros, ser individuales. Entre lo social y lo individual, me considero un híbrido. A mis 32 años pertenezco a varias generaciones, tengo un pie en el pasado y otro en el futuro. Respondo a estímulos de los 80´s, 90s y 2000s, reflexiono sobre las fracturas sociales que aún no sanan y creo en el "¡sí se puede!".

A mi favor debo decir que soy una persona optimista y siempre he creido que todos podemos ver el lado brillante del camino, hasta los más pesimistas, ésos que son viejos de cuerpo y espíritu. No los culpo, la vida no es fácil y el Perú ha pasado por tanto... Esa chispita social interna me hacía sentir hasta hoy responsable por convertirlos en personas positivas, felices, por sacarlos del lado oscuro. Hasta hoy.

Hoy en el trabajo ofrecí una charla sobre aprendizaje y desarrollo que vine promocionando durante toda la semana y en dos horarios. Asistieron cinco personas y sé que de ellos sólo uno está trabajando en un plan consciente de desarrollo a futuro para él y su equipo. Sé también que la próxima semana el resto empezará a comentar en los pasillos que "por qué no se hace una charla sobre aprendizaje y desarrollo, hace falta" y que cuando yo diga "si la hice la semana anterior y fueron cinco gatos", ellos me dirán "es que no tenemos tiempo" o "para qué, si al final acá no pasa nada".

Hasta hace una semana me bajoneaba bastante este disco rayado. No lo podía evitar, luchar contra la corriente cansa. Pero hoy, genuinamente entendí que cada persona es dueña de su propio destino y finalmente es responsable por ser feliz. No me he rendido, no, si no que he reorientado esa chispita interior para fines más productivos.

Hoy he resuelto no dejarme tocar otra vez por esas voces opacas, ásperas de tanto humo, así vengan de dentro mío. Desde hoy seré de esos espíritus que no se bajonean nunca y que construyen. Hoy termino por poner mis dos pies al frente y creer que siempre se puede.

Hoy avanzo, extiendo los brazos y me siento joven, de pelo largo y sin canas. Hoy respiro.

No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti

P.D: Lindo poema de Benedetti, musicalizado magistralmente por Illapu. Mi pita en el dedo para recordar cómo mandar la goma a los que no creen que se pueda hacer algo más.
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3/18/2010

Calor de hogar

Hoy tengo a mamá en casa. Después de muchas horas de insistencia en el teléfono, accedí a que me acompañara esta noche pues mi querido esposo está de viaje y yo me he quedado solita en mi hogar de Pony.

Ya había olvidado el calor maternal que me proporciona esta linda señora. Después de contarme emocionada sobre sus nuevas clases de Tai-Chi, calentarme un plato del sabroso estofado de pollo que trajo para mí y ofrecerme una taza de manzanilla caliente, está sentada a mi lado, durmiendo en el sofá.

Al verla, recuerdo la de veces que ella me vió durmiendo a mí en sus piernas cuando vivíamos juntas. Yo caía rendida con su potente somnífero: piojito en la cabeza para tener dulces sueños. La veo y recuerdo la vida familiar con ella, papá y hermana. Los paseos al campo, cuando bañábamos a las mascotas (cada uno tenía su rol, yo era la que abrazaba al perro o al gato con una toalla al terminar de bañarlos), los tamalitos del desayuno y sobretodo los largos debates en la mesa para obtener una moción mayoritaria que me permitiera un aumento de propina o irme de fiesta todo el fin de semana. Todo esto lo hacíamos los domingos, día en que estábamos todos y sólo nosotros, sin terceros.

Los sábados, en cambio, era el día de hermanas. De pequeñas nos la pasábamos jugando con las muñecas recortables, viendo Cool McCool o el dibujito de Los Beatles. De grandes, conversábamos de la vida, ella hacía salchipapas con papitas al hilo y palomitas de maíz para ver alguna pela de kung-fu en canal 2. Lo que más extraño de esos días son los almuerzos interminables jugando a remedarnos. Una vez nos pasamos 4 horas imitando las gracias que hacía la otra, terminamos en el piso matándonos de risa. Ni qué decir de su talento para inventar las voces de nuestras mascotas, cada uno con una voz y personalidad distintas y ¡con una historia diferente! Otto era miembro de una logia secreta y Kid iba todas las noches al "Crazy Cat".

Lo que también recuerdo de esa época es la cantidad de "cariñismos" que ellos hacían derivar de mi nombre de pila. Para ellos pasé de Paolita a Payolita, Payoliña, Payoyina, Pacholita, Payo, Payito, Payolín, Yoya, Yoyina, Yoyastra, etc. Ni qué decir de papi cuyo nombre es Miguel, pero en algún momento fue Ñoñito, Ñiño Goyito o Chanchín. Mi familia no se andaba con cursilerías, te decían te quiero cada día con un "cariñismo" diferente.

He ahí que yo también le pongo los nombre más raros a la gente que más quiero. No, no voy a describir lo que le digo a Alfre, pues si sus amigos leen esto me mata. Sólo citaré como ejemplo que mi sobrina Emilie pasó mágicamente de Emi a Semillita. Hagan ustedes el ejercicio de empezar con un nombre y terminar con el otro.

Otra cosa que recuerdo de aquellos días familiares es que no había sábado en que no recibiéramos la visita de un amigo o alguna prima con los que también charlábamos por horas. Mi casa era como un imán, la gente se sentía cómoda, bienvenida.

Cuando empecé a salir con Alfre, me gustó descubrir que su casa tenía ese mismo imán con la gente, es de esas casas que reconfortan, que alivian. También ellos tenían su modo peculiar de nombrar a los que quieren, en diminutivo: Paolita, Rojita, Anita, Luchito, Alfredito, Rosita, Elsita. Así tenga 60 años, seguiré siendo Paolita para ellos. Me gusta, me hace sentir parte de ellos también. Diré que los chicos de esta familia también su propio estilo de quererse: Chuncho, Indio, Chawara, Blanca...

Me gusta pensar que nuestra casa, la de Alfre y la mía, tiene también ese imán. Me gusta creer que mi casa es una que reconforta y que alivia, no sólo a nosotros sino también a los que más queremos. Me encanta mi casa en las mañanas cuando la luz entra tímidamente por las ventanas y todo se ve blanco. Me encanta mi casa cuando se está yendo el sol, cálida y violeta. Me encanta mi casa de noche cuando el viento refresca. Me encanta, sobretodo, los sábados cuando vienen los amigos y los domingos albergando almuerzos familiares.

Mamá sigue durmiendo en el sofá. Ahora me toca a mí despertarla suavemente para que se vaya a dormir y desearle dulces sueños con un besito. Después de lavar los platos, echar llave a la puerta y apagar las luces, iré a la cama deseando que llegue pronto el fin de semana...
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2/28/2010

Flower Power - carta de empoderamiento femenino

Lima, 13 de marzo del 2010.

Querida tú,

Esta ha sido una semana rara. En realidad, tú has sido la que ha estado bien rara (¡hasta tus amigos en facebook se han dado cuenta!). Y es que en lo que va de la semana tú no has sido tú, tú has sido... cómo decirlo para que no te duela... una mezcla de emo depre y tía menopáusica con 4 personalidades múltiples... ¿Ah, no me crees? Déjame hacerte un recuento de los engreimientos existenciales que te he tenido que aguantar esta semana:

1. Entiendo que te haya conmovido la historia de "Precious", pero que andes meditabunda por que se te despertó la consciencia social por la infancia explotada en el mundo es otra cosa. Osea, ¡hello! vives en el Perú en donde un chibolo es secuestrado, violado, estrángulado y hasta quemado cada día. Sin mencionar los que son alquilados por hora para mendigar en las calles. Si vas a hacer algo, empieza por casa, ¿ya?.

2. Ya estás bien grandecita para que te siga dando miedo quedarte sola en tu casa. Osea, si tuvieras 10 años te entiendo, pero ¡dormir con la luz prendida a los 32! Saca lo macha que espero tengas dentro y déjate de huevadas... y de paso acuérdate de cuando vivías sola y te comías el mundo, ¡eras otra!

3. Esa lloradita "duele mucho ser escritora" fue el colmo. ¡Si no has escrito nada mamacita! Reconozco que ideas tienes y hasta podría decir que potencial, pero del dicho al hecho... Está bien que hayas seguido cursos, te quieras presentar a concursos y hasta tengas un blog, ¡pero escribe!

4. Otra cosa, ya estoy hasta la coronilla de que te bloquées con el tema de la maternidad, eso de "me da pánico pensar en que algo le pase a mi hijo, me muero, por eso mejor no tengo hijos para evitarme el dolor" es una simple excusa del pánico que tienes de ser una mala madre. A ver, tranquila, nadie nace con un manual de padre, los tuyos no lo hicieron nada mal y tú no serás la excepción. Pero paso a paso, primero lo primero... tú me entiendes.

5. Ir al velorio del pata que nunca conociste fue otra cosa que te afectó bastante. Tus emociones que ya estaban a flor de piel se triplicaron y sólo pensabas en tu tía y tus abuelitos que ya no ves... hasta te hiciste la promesa de ver más seguido a los que quieres, ¡pero te duró un día! Si tus papás no te llaman y te obligan a pasar el fin de semana con ellos, tú ni caso, y ni qué decir de los varios correos pendientes con tu hermana... Recuerda que no basta con quererlos tanto, sino que hay que demostrarlo.

6. Sobre tu chamba. Otra vez con que la moral está baja, que te contagian, que el ritmo es lento, que ya van 6 años... osea, ¿de cuando acá tan derrotada, tan pesimista? Como te dicen tus patas, todo es cíclico y pronto volverás a estar en la cresta de la motivación y el horario ¡es un lujo!, ¿qué mas quieres? ¿Qué te gustaría vivir de tu arte? pucha querida, a mí también, pero decídete ya sino se te pasará el tren.

¿Sigo? Sé que me pondrás de excusa que las decenas de pastillas que te recetaron para la amigdalitis acrecentó tu rollo emocional o que te vino la regla con la consabida revolución hormonal, pero esto no es nuevo, vengo escuchando lo mismo hace un buen tiempo y ya es hora de cambiar de switch. Hay muchas que han sobrevivido a algo más que una duda existencial, créeme. Mira a tu alrededor y verás a varias "precious" que han sobrellevado a la muerte de un hijo, la infidelidad del marido, al cáncer, un divorcio, violencia doméstica, ser padre y madre, la infertilidad, ser artista en el Perú, etc.

En resumen, llora todo lo que necesites llorar hoy que mañana será otro día. Descansa el domingo y que el lunes que viene no sea un lunes cualquiera, sino el inicio de un cambio, de un gran cambio... ser una mujer.

Te quiere,
Yo
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